lunes, 7 de mayo de 2012

Subida a los Pozos de Nieve


Después de la aventura del Cross en Candeleda, en la que me adentré en la montaña con mis Mizuno de ruta, decidí comprarme unas zapatillas de trail para empezar en esto del cross. Me puse a pensar, y decidí no invertir mucho dinero en ellas, ya que las iba a usar más bien poco, sólo durante mis estancias en Candeleda, y eso significa 2/3 veces al mes. Si acaso las iba a dar más uso en verano cuando pasase estancias más largas. Rondaría las 40 salidas al año a la montaña. Todo esto sin contar que alguna vez me apeteciese hacer una tiradita larga y por asfalto, que usaría las Mizuno que tengo allí residentes. Con todo esto, y contando que soy un principiante en esto del trail, me fui al Decathlon y me decanté por las Kiprun 200. Una zapatilla de la marca del Decathlon de gama media, y con buenas opiniones de sus usuarios en diversos foros.

A primera vista, llamativas, con colores fuertes. Suela no muy blanda y con sus característicos tacos de las zapatillas de trail. Precio más que asequible para unas zapatillas, 39,95 €.
Afortunadamente, Nuria y yo pudimos cogernos el puente de Mayo, 5 días nada menos! Salimos el viernes y para volver a Madrid ya el miércoles. El tiempo no iba a acompañar, pero allí estamos de maravilla.
La primera salida la hice el domingo, pero hice "mi" 2+9 sobre asfalto. Quería cerrar la semana con esa tiradita, además la noche anterior estuvo lloviendo a cántaros, y la montaña estaría de barro hasta arriba. Salieron los 9 km a una media de 4:38. Sin forzar la máquina a tope pero llendo a un ritmo alegre sobre todo a la vuelta, que es cuando más repecho te encuentras.
Ya el lunes salí a eso de las 8:30 hacia la montaña, camino de los Pozos de Nieve, el mismo recorrido con el que experimenté la última vez que corrí allí. Me habían hablado de otras rutas, pero quería volver a la misma para realizar fotos y ver de nuevo esos paisajes maravillosos. Así que agarré el móvil, pantalón corto, chubasquero y a correr. Calenté 10 minutillos, estiré junto al cartel que anuncia la ruta y me puse en marcha.
 La idea era hacer más o menos lo mismo que la otra vez, subir hasta el kilómetro 4 y bajar. Día frío y con mucha neblina, nubes muy bajas. Subo a un ritmo medio de 6-7 min/km. Hay tramos duros, otros muy duros y otros muy suaves en los que llaneas. En los primeros 500 m. se pueden divisar unas vistas del pueblo y de la Garganta de Sta. María espectaculares. Luego hasta el km. 4 subida por el interior de la montaña dejando atrás algunas casas. Un poco antes del km. 4 podemos ver si miramos abajo en un valle de nuevo la Garganta de Sta. María. Una de las mejores vistas del recorrido. Puede haber más de un km de distancia hasta la Garganta, pero se escucha el murmullo del río como si estuviese al lado nuestro.


Como digo, bastante frío, cada vez más porque se va ganando altura. Esto quizá le quita un poco de encanto a la salida, no te puedes quedar quieto mucho tiempo para tomar una foto porque en seguida tu cuerpo se queda frío. En el km 4 estamos algo por debajo de los 700 m. Hemos ganado casi 300 metros desde que hemos empezado a correr. Ahora llega el momento de darse la vuelta. Ha sido una subida dura pero bonita. Han sido 4 kms de subida, en otra ocasión subiré más alto. Quizá en estos casos se eche más de menos el correr con alguien. Bien, la bajada como es lógico se hace mucho más llevadera, aunque requiere mucha técnica para bajarla correctamente, de la cual ahora mismo carezco.

Buenas sensaciones con las nuevas zapatillas, habrá que darlas más uso, pero las primeras impresiones no han sido malas.

Por otra parte, estuve entrenando una tarde con Jorge, de Nike, en el parque Polvoranca. Hicimos un un 5000 rapidito y después practicamos técnica de carrera. Parece mentira lo importante que llega a ser un buen braceo y cadencia de piernas. El mover correctamente los brazos puede hacer que en el mismo recorrido te canses muchísimo menos. Es en esos momentos, cuando te enseñan técnica, cuando realmente te das cuenta de lo mucho que te queda por aprender en esto del running.
También he decidido dejar de ir a entrenar los jueves a Nike.Si ya de por sí me resulta difícil compatibilizar la vida familiar/trabajo/correr, más si cabe esos jueves en los que salgo de casa a las 19:00 para llegar más allá de las 22:00 h. a casa. Cuando no tienes ciertas obligaciones paternales puedes permitirte el lujo, pero cuando tienes un hijo, hay que repartirse tareas y también te apetece mucho pasar tiempo con ellos. Tomémonos esto de correr como lo que es, una afición. Aunque nos resulte difícil reconocerlo a los que lo practicamos con bastante asiduidad, no debe llegar a ser más de una afición, no debemos llegar a obsesionarnos con entrenar y entrenar y entrenar... Así que he decidido, al menos por el momento no volver a ir a Gran Vía. Tampoco me quito de mucho, no es que fuese un gran entrenamiento cada jueves, era más por cambiar de ambiente y hacer algo distinto.
Ahora mismo me encuentro en un buen estado de forma. Me veo bien en las series, en rodajes más largos, he hecho algún progesivo en el que me he encontrado muy bien. Me gustaría correr antes de que acabe Mayo algún 10000. Rober, que está en Sevilla y por eso no he podido entrenar con él estas últimas semanas, se ha apuntado a la Liberty. Es una carrera que corrí hace 2 años, no es muy de mi agrado, muy masificada y el recorrido no invita a hacer marca. A la semana siguiente hay un 10000 (Club Amigos) en el parque Polvoranca de Alcorcón, mi reciente zona de entrenamiento. También la corrí hace 2 años y tampoco me gusta mucho. Recuerdo calles muy estrechas en el parque y muchos tapones de gente. Ya veremos...

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